Siguen pasando los minutos y el resultado no se mueve, tampoco llegan las ocasiones. El marcador se encontraba con un empate a 80 y debido a los jugadores eliminados y lesionados del conjunto blanco, una prórroga se presentaba como un más que probable dramático resultado final para los intereses de la eliminatoria, por lo que Ferrándiz, tras solicitar un tiempo muerto, y con posesión, ordenó a sus jugadores que se autoencestasen para así perder el partido por 82-80, minimizando riesgos y evitando así una abultada derrota y poder remontar en el encuentro de vuelta en Madrid.