Ahora, la presión social por una mayor sostenibilidad, el nacimiento de colectivos concienciados con una moda sostenible, la investigación de nuevos materiales y la creación de empresas que confeccionan prendas de vestir y complementos minimizando el uso de materias primas empieza a calar entre los ciudadanos que, cada vez más, buscan mayor calidad y duración de la ropa. Empieza a estar de moda el intercambio y el arreglo y vestir prendas que proceden de botellas de plástico, redes de pesca o posos de café.